Brendan Fraser, el chico de oro que acabó sumido en
la depresión

Brendan Fraser, el chico de oro que acabó sumido en la depresión

Brendan Fraser, que acaba de sellar un inesperado regreso a Hollywood al ganar el Óscar al mejor actor por su poderosa interpretación en el drama The whale (La ballena), ha tenido que vivir una historia llena de amargas situaciones, problemas personales, lesiones corporales y abuso sexual, que lo sumieron en una profunda depresión.

El actor, que deleitó a millones en los años 1990 con La momia y George de la selva, entró en una especie de caída que parecía no tener fin. Hasta que llegó la película que le mereció, además del reciente Oscar, una ovación de varios minutos en el Festival de Venecia. “Empecé en este negocio hace 30 años, y las cosas no me resultaron fáciles”, afirmó al borde las lágrimas al recibir la estatuilla. “Gracias por este reconocimiento”.

De padres canadienses, Fraser nació el 3 de diciembre de 1968 en Indiana, centro de Estados Unidos. El teatro despertó su interés por la actuación desde muy joven, y después de graduarse en el Cornish College para las Artes, en Seattle, Fraser se instaló en Los Ángeles a comienzos de los años 1990.

La ciudad de oropel lo recibió con los brazos abiertos, y no demoró en aparecer en películas, entre ellas Presunto culpable (1991), junto a Martin Sheen, y Hombre de California (1992), donde interpretó a un cavernícola descongelado por adolescentes.

El alto y carismático actor de ojos claros se convirtió en una figura constante en la pantalla grande, muchas veces con personajes que exploraban mundos desconocidos.

Arrancó lágrimas en Código de honor (1992), cosechó risas con George de la selva (1997), y sacudió la taquilla con el aventurero Rick O’Conell en La momia (1999), que tuvo dos secuelas.

Sus años como estrella de acción todoterreno de Hollywood terminaron pasándole factura en torno a 2008, cuando estaba rodando en China la tercera parte de la saga La momia. Él quería filmar en persona las escenas de acción, y luego vino lo peor. Durante casi siete años se sometió a múltiples operaciones, entre ellas cirugías para aliviar la presión sobre la columna vertebral, varias intervenciones más en la espalda, un reemplazo parcial en una de sus rodillas, e incluso una reparación de sus cuerdas vocales.

“Creo que probablemente me esforcé demasiado, de una manera destructiva”, reconoció el actor, que además recordó cuando fue que se dio cuenta que comenzaba a desmoronarse. “Para cuando hice la tercera película de La momia en China” usaba bolsas de hielo con tapón de rosca y las almohadillas debajo de la ropa. Estaban construyendo un exoesqueleto para mí todos los días”, detalló Fraser.

En Hollywood se cuenta que incluso fingió un ahorcamiento y tuvo que ser reanimado en pleno set de rodaje porque estuvo a punto de asfixiarse. Posteriormente se sometió a varias operaciones quirúrgicas para mitigar los dolores.

En aquellos años también hizo incursiones en filmes algo más serios como School ties, junto a unos todavía desconocidos Matt Damon y Ben Affleck; o Dioses y monstruos, película en la que compartió pantalla con Ian McKellen y que consiguió un Óscar al mejor guion adaptado en 1998. Pero incluso en estos papeles más dramáticos, su atractivo físico jugaba un importante papel en la trama. La mayor parte de su éxito fue con poca ropa. “Me veo a mí mismo entonces y pienso en un trozo de carne andante”, se lamentó el actor.

Un duro divorcio

En 1998, Fraser se casó con la también actriz Afton Smith y tuvieron tres hijos. Sin embargo, según relata el sitio Los 40, tras nueve años se divorciaron de malas maneras y ella consiguió que un juez obligase a Fraser a pagarle una manutención que ascendía a más de 70.000 dólares mensuales, que luego tuvieron que rebajarse a casi la mitad por culpa del gasto que invertía Fraser en tratamientos para paliar las secuelas de sus heridas de rodaje. Un desembolso económico que no ayudó a la estabilidad financiera y psicológica de la otrora estrella de la industria cinematográfica.

Más tarde, protagonizó junto a Liz Hurley una nueva versión de Al diablo con el diablo (2000), y tres años después dirigió Looney Tunes: de nuevo en acción. Fraser participó en más de 40 largometrajes.

La muerte de su madre también lo afectó profundamente. De hecho, se dice que tras la misma el actor entró en una especie de instancia depresiva que tuvo sus consecuencias tanto en lo personal como en lo profesional. “Acababa de enterrar a mi madre. Creo que estaba de luto y no sabía lo que eso significaba”, declaró.

Abuso sexual

Fraser explicó en cierta forma su retirada en 2018, cuando acusó a Philip Berk, expresidente de la Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood (HFPA), que entrega los Globos de Oro, de haberlo agredido sexualmente en 2003, un episodio que Berk niega.

Pero Fraser dijo que el impacto psicológico del presunto ataque, sumado a frustraciones en su carrera y a un publicitado y costoso divorcio de Smith, le pasaron factura, y lo alejaron de la pantalla grande.

“Sentí náuseas. Pensé que iba a llorar”, dijo en alguna oportunidad. Huyó, pero no se atrevió a denunciar al periodista. Solo cuando en 2018 estalló en movimiento #MeToo tuvo el valor de hablar públicamente y exigir explicaciones a Berk, quien dijo que había sido una broma de mal gusto para molestar el artista.

Sobre el tema, el actor dijo meses atrás a GQ: “¿Todavía tengo miedo? Por supuesto. ¿Siento que necesito decir algo? Por supuesto. ¿He querido hacerlo muchas, muchas veces? Por supuesto. ¿Me he impedido a mí mismo hacerlo? Sin duda”, se pregunta y contesta Fraser. “Quizá esté sobreactuando en cuanto a lo que ocurrió. Sólo sé cuál es mi verdad y es la que te acabo de contar”.

El periodista aseguró que Fraser se había inventado la historia. No obstante, los representantes del actor exigieron una disculpa escrita a la HFPA, que Berk escribió. El periodista reconoció que le envió una carta al actor sobre el incidente, pero aclaró: “Mi disculpa no admitió haber hecho nada malo. Era el típico ‘si he hecho algo que molestó al Sr. Fraser, no fue mi intención y me disculpo’”.

Aquel desagradable episodio lo convirtió en una persona solitaria y lo obligó a retirarse de la escena pública, escribe Infobae. “Me hizo retroceder, me hizo recluirme”, confesó el actor sobre esa época en la que navegó una insoportable fragilidad. Aunque se repetía que “no había sido nada”, comenzó a decirse a sí mismo que se merecía todo lo que le había pasado.

Además, el intérprete está convencido de que la HFPA lo colocó en una lista negra, ya que en raras ocasiones volvió a ser invitado a los Globos de Oro. 2018 marcó el comienzo de la caída de su carrera. “El teléfono deja de sonar y empiezas a preguntarte por qué”, declaró a GQ, “Hay muchas razones, pero ¿era esta una de ellas? Creo que sí”, dijo, y agregó: “El silencio fue ensordecedor”.

Esta acumulación de malas experiencias fue minando poco a poco la moral de Fraser, quien acabó sumido en una depresión. “Un último palo llegó en 2016 tras su participación en la serie The affair y ya prácticamente apartado de cualquier proyecto grande. Durante una entrevista, el actor apareció visiblemente desmejorado: con bastantes kilos de más, muy dubitativo y con la cara llorosa. Una extraña entrevista que hizo cabizbajo y por la que fue duramente criticado”, reseña el sitio Los 40.

“Cuando The affair comenzó a transmitirse, a fines de 2016, se le pidió a Fraser que diera su primera entrevista en años. El actor reapareció encorvado y casi susurrando a un micrófono con el que no sabe muy bien qué hacer; en gran parte de la nota habla casi susurrando y mirando el piso. El video se volvió viral y Fraser volvía a ser relevante por primera vez en casi una década. En los meses que siguieron, surgieron todo tipo de teorías sobre lo que lo afligía. Resulta que lo que había detrás del triste meme de Brendan Fraser era … tristeza”, publicó el medio digital Infobae, de Argentina.

No había hecho prensa en un tiempo y de repente estaba sentado en un escenario frente a una audiencia, promocionando la tercera temporada de un programa en el que apenas había estado. Se dio cuenta que estaba fuera de juego. “No estaba muy seguro de cuál era el formato. Y me sentí como: “Hombre, me volví jodidamente viejo. Maldita sea, ¿así es como se hace ahora?”.

El futuro…

Pero pese a todo, hoy, a sus 52 años, el actor está listo para rodar Ni un paso en falso, de Steven Soderbergh, y Killers of the Flower Moon, de Martin Scorsese, de próximo lanzamiento.

También se prepara para Brothers del director Max Barbakow, conocido por haber dirigido Palm springs. Fraser compartirá pantalla con el cuatro veces ganador del Emmy Peter Dinklage, Josh Brolin y la ocho veces nominada al Oscar, Glenn Close.

Actualmente el actor está en pareja con la maquilladora y estilista profesional de la industria del cine, Jeanne Moore, con quien apareció en la versión 79 del Festival de Venecia, el 4 de septiembre de 2022.

De acuerdo a El Mundo, ella ostenta un certificado de efectos especiales y prótesis. Caracteriza a los personajes de los distintos filmes maquillándolos y colocando las prótesis.

Algunos la han calificado como “risueña y discreta”. Según El Mundo, la joven es buena profesional y, además, risueña.

Entre otras de las características de la maquilladora es que tiene una actitud positiva y entusiasta. Moore es una gran profesional y por ello ha logrado trabajar con celebridades como Paula Abdul, Garry Marshall y Marie Osmond.

Vía: PÁGINA SIETE

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