04
Oct
En un rincón cercano a la Plaza Principal de Sucre, un anciano octogenario con raíces campesinas y apoyado en su bastón se ganaba la vida pidiendo limosna a los transeúntes. Sin embargo, este hombre, cuya identidad permanece en el anonimato, no era simplemente un mendigo; resulta que también ejercía un papel insólito como prestamista, ofreciendo sumas de hasta cuatro mil bolivianos a personas necesitadas. La existencia de este singular personaje salió a la luz gracias a las denuncias telefónicas recibidas en el programa radial y televisivo dirigido por el alcalde de Sucre, Enrique Leaño, y su equipo municipal. "Se trata…