Las niñas que fueron raptadas en el municipio de Montero, Santa Cruz, no sufrieron ningún tipo de agresión, según las pericias realizadas, infromó el ministro de Gobieno, Eduardo del Castillo. Sin embargo, las habrían obligado a vender dulces en las calles, según datos preliminares de la investigación.
“Felizmente, queremos comunicar a todo el pueblo boliviano, que se han sometido a todas las pruebas técnico-periciales: las niñas no han sido maltratadas físicamente, no han recibido ningún tipo de lesión de ninguna naturaleza”, indicó el ministro.
El 11 de octubre, las dos niñas de siete y cinco años desaparecieron en el municipio de Montero, del departamento de Santa Cruz. Las sospechas llevaron de inmediato a Jorge J. A., un hombre que vivía en alquiler en la casa de las menores de edad; que se había ganado la confianza de la familia y que solía recoger a las pequeñas de su colegio.
Dos días después, unas cámaras de vigilancia captaron la imagen del sujeto con las niñas en Ibirgarzama, Cochabamba, a d onde se trasladó la Policía en busca del raptor.
Las imágenes se viralizaron en redes sociales y esto llevó a que varios ciudadanos los reconozcan y denuncien su paradero, por lo que la tarde del viernes los uniformados dieron con su paradero.
El hallazgo de las menores y captura del hombre se dieron en la localidad de Marquina del municipio de Quillacollo en Cochabamba, donse se cree que el sujeto las obligaba a vender dulces, es decir que su objetivo habría sido el secuestro con fines de explotación laboral, según datos policiales.
El Ministro indicó que, si bien no hay evidencia de agresiones contra las niñas raptadas, “los delitos de trata y tráfico deben tener una sanción ejemplar”.
La autoridad confirmó también que el sindicado tiene antecedentes, aunque no precisó si en el mismo tipo de delitos.
Via: Visión 360
