“Debemos conocer los indicadores económicos y así visualizar el aporte de las culturas al Producto Interno Bruto”

El músico, productor y docente Juan Carlos Cordero, actual viceministro de Patrimonio e Industrias Culturales y Creativas, destacó el movimiento económico generado durante los Carnavales del Bicentenario y el aporte que, desde la cultura, se hace al Producto Interno Bruto (PIB) de Bolivia.

Solo el majestuoso Carnaval de Oruro, en marzo, generó un movimiento económico de Bs 450 millones; Bs 160 millones por encima que en 2024, es decir un 30% más. Más de 500 mil visitantes, entre turistas extranjeros y bolivianos, observaron el carnaval, superando así a los 350 mil espectadores de 2024.

El carnaval paceño también reportó cifras interesantes con Bs 783 mil de movimiento económico durante los días de la festividad, que incluyeron el Corso Infantil, la Farándula de Pepinos, el Jisk’a Anata y el Entierro del Pepino.

Otras entradas, como la del Carnaval en Potosí, registraron un movimiento económico de Bs 91.450, entre la oferta de servicios y ventas de productos de textiles, músicos, disfraces, espumas, gastronomía, refrescos y otros.

El viceministro Cordero destacó el movimiento económico registrado durante los días del Carnaval del Bicentenario, con el Carnaval de Oruro como el principal atractivo.

—Por lo visto, existe bastante movimiento económico en estas actividades…

—Bolivia es un pueblo de fiesta, de alegría. Será interesante cuando tengamos (consolidada) la información correspondiente porque nos mostrará el nivel de capacidad adquisitiva que tiene el pueblo boliviano (en los carnavales); la cantidad (real) de espectadores. Como viceministerio hemos pedido la cantidad de participantes (en los carnavales) y de los que bailan en las entradas, y sobre los espectadores. Nosotros, en junio, estaremos presentando los resultados 2025 de la Convención de la Unesco sobre las Diversidades (de las Expresiones Culturales) y dentro de ella puntualizamos la necesidad de conocer estos indicadores económicos, los indicadores de participación social, puesto que eso nos genera la posibilidad de proponer políticas públicas culturales hacia adelante, que generen la sostenibilidad y además visualicen el aporte de las culturas al Producto Interno Bruto (PIB).

—¿Son muchos datos?

—Estamos trabajando con nuestras estadísticas para homogeneizar los indicadores correspondientes en el campo de la industria cultural relacionada con el patrimonio cultural que tenemos. Tenemos casi una docena más de patrimonios declarados a nivel nacional de las fiestas de carnaval. Acá vemos que el patrimonio no está separado de la industria cultural, hay una tendencia a nivel internacional de unificar estos dos criterios en un solo mecanismo de interpretación (…) Ahora estamos consolidando un acuerdo para cuantificar el ingreso económico que nos va a generar, en este año del Bicentenario, la entrada del Señor Jesús del Gran Poder. Y también haremos lo mismo con la entrada de Urkupiña, que generan un movimiento económico.

—¿Qué políticas públicas pueden contribuir al crecimiento de estas actividades en el país?

—Estamos consolidando un mecanismo intergubernamental para que cada uno asuma responsabilidades. Tenemos consolidado un nivel de interrelación entre ministerios, porque cada uno de ellos tiene una cuota de responsabilidad en la protección del patrimonio, porque cuando vemos estos datos económicos, es otra la mirada hacia las culturas.

Estamos generando nosotros una suerte de respeto hacia la gestión cultural. Pensamos que es importante visualizar los resultados e identificar los factores que están involucrados e identificar el nivel de beneficio que se tiene a objeto de ir generando políticas públicas a futuro.

Nosotros seguimos trabajando en la reglamentación de la 530 (Ley del Patrimonio Cultural Boliviano), lamentablemente existen aspectos que en su momento el Gobierno anterior no ha sabido cambiar. Catorce años ha tenido la mayoría parlamentaria, se ha tenido un supuesto Gobierno de revolución cultural, lo digo como activista cultural. Durante todo ese tiempo no se han cambiado ni un óbice aquellas normativas que impiden que nosotros podamos generar gestión de apoyo económico hacia el sector cultural.   

Hay que empezar a reconocer al sector cultural artístico. Todos son artistas, por ejemplo en el viceministerio no hablamos de artesanías, sino hablamos de arte popular, arte de los pueblos indígenas y eso es lo que mantenemos en los premios Eduardo Abaroa, en las convocatorias que tenemos y finalmente estamos activando los indicadores económicos que tenemos; tenemos desarrollada, ya, la plataforma de registro de museos, de centros culturales.

Lamentablemente la mirada retrógrada del gobierno de Evo Morales no ha visto con futuro poder modificar las normativas que nos amarran; y ahora, proponer una ley a la Asamblea Legislativa es para que duerma el sueño de los justos.

—¿Existen trabas?

—El Ministerio de Culturas, Descolonización y Despatriarcalización por primera vez realiza proyectos de inversión pública (…) La Ley del Artista ha sido retrotraída, la Ley del Cine, no ven el impacto que puede generar la creación de una tasa administrativa que permita generar fondos que permitan hacer más cine. El cine boliviano está cada vez mejor y está generando mucho más ingresos, pero nuestra misma normativa nos impide generar estos apoyos. Hemos desarrollado fondos concursables y muy pronto existirán fondos concursables para el desarrollo de proyectos. Tenemos un sistema administrativo caduco, es del pasado, republicano que no nos permite proyectarnos hacia el futuro. Estoy promoviendo alianzas estratégicas con las empresas privadas para que apuesten a la cultura boliviana. Valoro y aplaudo todo tipo de iniciativas que apoyan a la cultura, por lo que buscamos otras alianzas para procesos de apoyo al sector, como el Mercado Común del Sur (Mercosur) que tiene incluso becas, al igual que la Unesco.

—En el Año del Bicentenario, ¿cuáles son los proyectos para esta celebración histórica?

—Tenemos una agenda amplia que es un constructo colectivo. Es muy ambiciosa la agenda y yo invito a todos aquellos que tengan propuestas (en el ámbito cultural) a que se acerquen, que traigan sus proyectos.

En términos macro, nosotros tenemos programado el Festimusic, que será en tres ciudades con artistas internacionales; tenemos el Festival de Canto Social en su cuarta versión, que ha sido una propuesta de nuestro hermano presidente Luis Arce, en años anteriores trajimos al cantautor Sandino de Venezuela, y ahora estamos en esas negociaciones para no generar un gasto al Estado, sino que sean nuestras embajadas que nos apoyen para traer a estos artistas internacionales. Son eventos grandes donde también nuestros artistas tienen que estar a la par.

Luego tenemos la Serenata del Bicentenario, en términos artísticos me refiero. La propuesta es el 5 de agosto (2025); y también una promoción de nuestros artistas como Los Kjarkas, que en estos momentos están en una gira por Europa. Ensamble Moxos también estará en una gira; son nuestros embajadores culturales del Bicentenario, honoríficos,

En proyectos tenemos los 200 sabores del Bicentenario; los 200 textiles del Bicentenario para valorizar el trabajo de nuestras hermanas de los pueblos y naciones indígena originario campesinas, y luego esperamos entregar algunos museos que hemos estado generando; hay varias cosas que no se han realizado por dificultades de interpretación, como que algunos piensan para qué restaurar una iglesia.

Por ejemplo, en Curahuara de Carangas tenemos la única capilla sixtina en Bolivia. Acá vinieron los hermanos de Curahuara de Carangas y ellos tienen otro significado acerca de sus patrimonios. La restauración de las iglesias genera también un circuito turístico y se suma a las festividades; se suma al patrimonio natural ecológico que tenemos. Por ejemplo, en Curahuara de Carangas tenemos el Parque Natural Sajama, las aguas termales. Necesitamos fortalecer este tipo de acciones porque van a generar movimiento económico.

—¿Necesitamos conocer nuestra cultura todos los bolivianos?

—Exactamente. Y estamos buscando consolidar, ya tenemos un proyecto sobre el cual estamos realizando el Registro de Conocimientos de Saberes de nuestros pueblos por lugar, por espacio y este es un proyecto de larga data, para tener más conocimiento acerca de nuestra diversidad cultural.

—¿Cómo evaluaría la gestión cultural en estos últimos años?

—Cuando hablamos de gestión cultural a veces confundimos que la gestión viene a ser para fortalecer las culturas y eso significa inversión, lo que no sucede en todos los niveles; hay municipios, por ejemplo, que le dedican mayor ímpetu al desarrollo de sus culturas. En el caso de Santa Cruz, por ejemplo, es muy importante el trabajo que tienen ellos y hay otros municipios que no lo toman en cuenta, pero valoro el trabajo de otros municipios y estamos coordinando con ellos. El trabajo de gestión tiene que ser transversal, tenemos que manejar lenguajes comunes y creo que ha habido una deficiencia en la coordinación intersectorial en el tema de la gestión cultural porque después de todos los problemas de 2019 y 2020, nuestro Gobierno recupera (la democracia), pero no se puede coincidir con otros gobiernos en términos políticos, por lo que cualquier actividad cultural no es apoyada. Ahora hemos trabajado bastante con los municipios, personalmente he coordinado mucho con el Gobierno Autónomo Municipal de Santa Cruz de la Sierra, hay resultados y estamos fortaleciendo la gestión cultural, y recién nos damos cuenta de que hemos perdido tiempo (por la falta de normativas). Ahora ha habido autoridades que tienen una mirada muy cerrada sobre  el tema cultural, necesitamos que tengan una mirada más allá. Nuestro Presidente fue muy claro en eso y ahora siento la necesidad de hacer acciones propositivas un poco más atrevidas, podría decirse. Tenemos la oportunidad de generar una gestión cultural muy poderosa, ahora, porque estamos visualizando el trabajo de las culturas. El tema de gestión a veces se encierra en el tema de las individualidades y es un peligro. Las autoridades tienen que olvidarse de dónde vienen y trabajar en el tema de culturas.

La normativa nos genera mucha dificultad, como ya lo dije, hemos hecho propuestas de leyes, anteriormente, como la Ley Cultural, la Ley del Artista, la Ley de Fomento a la Promoción Cultural, la Ley de Espacios Culturales y éstas se han quedado en despacho, y ahora las estamos reponiendo para dejar una herramienta de trabajo para quienes vayan a continuar con el trabajo de gestión cultural.

Via: Ahora el Pueblo

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